Bajisti.co no es un curso para aprender a tocar bajo eléctrico, sino un complemento de tus conocimientos del instrumento a través de la música andina colombiana. Todas las técnicas como tapping, palm muting, pick, slap, armónicos naturales y artificiales, etc. pueden incorporarse a la música andina colombiana y aunque no nos centraremos en la técnica, es importante tener en cuenta los siguientes fundamentos:
Aunque el bajo eléctrico también puede desempeñarse como instrumento melódico y solista a través del chord melody, su concepción general es la de ser un instrumento de soporte rítmico-armónico. Sin embargo, desde mi experiencia y punto de vista, lo que hace que un bajo eléctrico tenga ese aroma andino colombiano -además del conocimiento rítmico y cultural-, es el considerar cómo se tocan los instrumentos de cuerda más utilizados en este lenguaje musical; la idea no es imitarlos en el bajo eléctrico, sino conocerlos e incorporarlos a nuestra actitud musical para enriquecerla, como se explica a continuación.
La manera como se muestran los patrones de cada uno de los ritmos andinos colombianos parte de tres enfoques interpretativos que pueden alternarse a gusto del bajista:
Ya que es el origen del bajo eléctrico, es el enfoque interpretativo más generalizado del instrumento. Consiste en tocar secuencias de notas de acorde de manera individual, una tras otra.
En inglés, el instrumento se denomina bass guitar o guitarra de bajos, así que tiene mucho sentido que el bajo eléctrico también haga parte de esta familia.
Consiste en tocar acordes de manera similar a un guitarrista teniendo en cuenta el área de pulsación indicada arriba. El pulgar (T) toca la nota más grave o bajo del acorde, alternando con máximo dos notas agudas que se tocan simultáneamente con los dedos 1-2 (o 2-3, o 1-3). Si abarcamos más de tres notas de acorde, el espectro sonoro se vuelve denso y difícil de entender.
El ejemplo más claro de este enfoque lo encontramos en la técnica de chord melody, en el bajo solista o cuando el bajo eléctrico es el único instrumento acompañante.
Nos permite generar un timbre muy característico y una concepción muy clara de los acentos de cada ritmo. La mano izquierda debe mutear las cuerdas que no hacen parte del acorde mientras la mano derecha rasga las cuerdas con las uñas, tal como lo hacen los tiplistas en lo que se conoce como “guajeo”.
Para tener una concepción clara de cada enfoque, es necesario tener en cuenta las siguientes convenciones.